domingo, 10 de marzo de 2013


Malentendidos interculturales

Resumen  de nuestro profesor
Pedir a un grupo de personas que cuenten anécdotas de comunicación intercultural suele dar pie a un sinfín de historias a cuál más curiosa, y esto se ve muy bien en vuestros mensajes. Leyendo lo que habéis escrito, veo tres grandes tipos de historias:

- Malentendidos puramente lingüísticos o paralingüísticos: significados inesperados de una palabra (el cambio de significado de “cachondo” según su aparición son ser y estar), pronunciaciones inadecuadas (la confusión de un aprendiz francés al pronunciar “naranja” como si fuera “najanja”…o, lo que me ha pasado a mí, pronunciar “Antonio Banderas” como “ Antonio Bandejas”), interpretaciones erróneas del lenguaje no verbal (movimientos de cabeza para decir "sí" y "no" en Bulgaria y otros países de la zona)...

- Situaciones embarazosas relacionadas con el desconocimiento de ciertos estilos comunicativos o normas socioculturales (por ejemplo, la aceptabilidad de interrumpir o no a otra persona en determinadas situaciones, o la distancia interpersonal adecuada a una situación en una cultura).

- Casos en los que lo lingüístico y lo sociocultural se mezcla: si para los costarricenses "mediodía" son las doce (igual que para los franceses y los italianos, por ejemplo), mientras que para los españoles "mediodía" es otra cosa muy distinta, ¿se trata solo de una diferencia de significado de una palabra, o hay algo más?

Lo cierto es que, al utilizar la lengua, en todo lo que decimos hay un trasfondo cultural del que, a menudo, no somos conscientes. Hace unas semanas, por ejemplo, en mi Escuela Oficial de Idiomas hicimos una prueba de nivel para los nuevos estudiantes. Una de las tareas de expresión escrita que tenían que hacer los alumnos consistía en rellenar un formulario sencillo, en el que, entre otras cosas, aparecía una casilla con la frase "estado civil". Había personas de distintos países y, entre ellos, unos cuantos estadounidenses. Pues bien: la mayoría de los estadounidenses (incluso los de niveles avanzados), contestaron cosas como "Estado civil: Oklahoma (o Texas, o Nuevo México...)". Esto no lo hicieron personas de otros lugares del mundo... ¿Problema lingüístico o desfase sociocultural? Sin duda, lo segundo influyó en lo primero.

En alguno de vuestros mensajes mencionáis que puede haber malentendidos no solo entre hablantes de distintas lenguas, sino entre personas de distintas comunidades que hablan la misma lengua. La lengua es un código, y ese código es (en buena medida) compartido en toda el área hispanohablante. Lo que no es tan común ni tan compartido es el conjunto de normas más o menos tácitas que rigen buena parte de los intercambios (verbales o no verbales) de todos los días.

De todo esto vamos a hablar con más detalle en los distintos módulos del curso. No es que el curso se vaya a centrar en un catálogo de situaciones potencialmente problemáticas, nada de eso: de lo que vamos a hablar, ante todo, es del modo en que los aspectos psicológicos del hablante (en parte individuales, y en parte fruto de su entorno), sus ideas, creencias, intenciones... influyen en el uso de la lengua y en la interpretación de las palabras de los demás. Es decir, nos fijaremos en las relaciones entre la lengua como código o sistema y la lengua como herramienta de comunicación, esto es, entre la lengua y los hablantes.

Por cierto, en alguno de los hilos que habéis iniciado (en especial, en el titulado “turnos de palabra”) habéis demostrado un buen conocimiento de nociones teóricas del ámbito de la pragmática, que nos van a interesar: turnos de palabra, proxémica, distancia interpersonal, cooperación… Para quienes no estén familiarizados con esos conceptos, aclaro que un “turno de palabra” es el tiempo que se inicia cuando uno de los participantes en una interacción verbal empieza a hablar, y que concluye cuando dicha persona deja la palabra (normalmente, para que otro intervenga). En cuanto a la “proxémica”, es el estudio del modo en que los participantes en un intercambio oral utilizan el espacio, y la interpretación que se hace de dicho uso. En concreto, la proxémica se fija en cosas como: la distancia que las personas mantienen entre sí, la presencia o ausencia de contacto corporal…

Sobre “cooperación” no diré nada en este momento, puesto que se hablará de este concepto en los módulos 2 y 3 del curso.

En cuanto al concepto de “pragmática” en sí mismo, quienes no vengáis del ámbito de la Filología (la mayoría de vosotros en este curso) os podréis familiarizar con él a lo largo del módulo 1.

Añado que el hecho de ver cómo manejáis ciertos conceptos, etc., me ha ayudado a decidirme a la hora de formar grupos de trabajo para hacer las actividades colaborativas de los próximos módulos. Hablaremos de esto dentro de un día o dos, al comenzar el módulo 1.

Por ahora, como pequeño regalo de principio de curso, os adjunto un texto que a veces he utilizado en clase de ELE (con niveles avanzados), para hablar de cuestiones como el shock cultural, las experiencias en otros países, etc. Son experiencias y reflexiones de una japonesa que vive en España. Me gusta especialmente la parte en la que la autora describe su clase de ikebana y cómo el distinto modo de entender la intimidad, la comunicación y la relación interpersonal conduce a sus alumnos españoles y japoneses a comportamientos lingüísticos completamente distintos.
Hasta pronto y a seguir,
José

No hay comentarios:

Publicar un comentario